¡Nos encantan! Y es que estos termómetros a parte de ser útiles dan ese toque original a nuestra decoración que tanto nos gusta. Pero ¿cómo funcionan? ¿de dónde vienen? Te lo contamos todo en este post.
No existe una forma mejor de medir la temperatura que usando un termómetro Galileo. Es preciso, ecológico y, además decorativo. El físico Galileo Galilei descubrió que la densidad de un líquido cambia según la temperatura.
A diferencia de un termómetro de mercurio tradicional que se expande y contrae, el termómetro Galileo es mucho más complejo. Se compone de varias esferas de vidrio, metidos en alcohol, cada una llena de una mezcla líquida coloreada a una altura que depende de su densidad.
A medida que se modifica esta característica del medio, las esferas se desplazan e indican la temperatura reinante. Cada una de ellas tiene colgado un cartel indicando una temperatura. La temperatura reinante es la indicada por la bola que flota a menor altura dentro del grupo superior.
¿Interesante no crees? Es un objeto realmente curioso que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un complemento perfecto para la oficina o para tu hogar.
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